Dibujar sobre el vidrio representó un gran reto, pues era difícil hallar una posición cómoda y el más mínimo movimiento cambiaba la inclinación y el dibujo se distorsionaba, debido a eso las palmeras se torcieron un poco. El tiempo no fue suficiente para detallar más, pero disfruté mucho haciendo este ejercicio.
Dibujo hecho en clase sobre un vidrio con marcador permanente y posteriormente calcado sobre un papel pergamino.
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